domingo, marzo 12, 2006

Ya no me extraña la maldad de la gente perversa; lo que no deja de sorprenderme es la indiferencia de la gente buena. Martin L. King

Hoy como un deseo que tenía hace varios meses y aprovechando los sucesos que acaban de pasar en mi U, quiero manifestar cuánto me indignan las cosas que suceden en mi país, y también en gran medida la respuesta a lamentables hechos.

En la semana que pasó, un muchacho que pasaba por la U murió a causa de un proyectil que si dirigía en dirección a la universidad. Pocos saben con certeza qué procedencia tuvo ese proyectil.

Lo que me duele hoy es que ante esos hechos la reacción de la gente en mi país sea de la la indiferencia, y que se argumente que las víctimas que se relacionan con estos hechos, sea porque participan o porque estaban en el lugar y momentos incorrectos, conocen las consecuencias, y que al perder la vida o al resultar heridos, no nos debe doler, como si ellos fuesen en algún sentido diferentes a nosotros, o como si merecieran algo tan atroz como lo que les puede pasar.

Hoy me consta más que el estudiante era un muchacho pacífico, por una persona allegada a él. No es el primer, ni el segundo muerto que hay en mi U desde que yo entré, y es uno más entre decenas que han muerto en persecuciones del ejército o de la policia.

El día de hoy, más que hablar sobre otra vida perdida, quiero hablar sobre lo que estos sucesos despiertan en las personas. Me duele la frialdad, pero antes que nada, me enferma y me encoleriza el maldito egoismo con el que viven tantas personas. Me duele tanto hoy, lo que denomino la "cultura de mi ombligo", donde el planeta entero y lo demás gira alrededor de mi ombligo, y lo que importa es lo que me afecta a mí, y a mí ombligo. Me duele vivir entre ese pensamiento generalizado. Si bien es triste que la gente no haga nada por creer que no puede aportar cambiar las cosas, es mucho más triste por los que no sienten nada, por quienes su sombra pasa por encima de los demás, aunque los demás sean tan iguales y tan humanos como ellos mismos, con iguales sueños, futuro y también con una familia que los espera en casa.

1 Comments:

At 5:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

Tienes toda la razón en lo que dices, no es porque seas mi amigo y te aprecie mucho y lo sabes; sino porque la gente es muy egoísta y piensa solo en su propio bienestar.
Si todas las personas fueran como tú, todo sería diferente.
Chaito. Un abrazo. Angie.

 

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